La Cámara Argentina de la Indumentaria (CIAI) elabora un proyecto de ley dirigido a regular el funcionamiento de plataformas de comercio electrónico como Shein y Temu, iniciativa que cuenta con el aval del diputado de Encuentro Federal, Miguel Pichetto, y se basa en un modelo similar al sancionado recientemente por el parlamento francés.
Apunta a establecer controles más estrictos sobre las importaciones puerta a puerta, que según el sector empresarial operan bajo condiciones anticompetitivas.
El resultado que muestran es que las compras de indumentaria al exterior crecieron un 136%, con importaciones textiles que aumentaron un 93%, muchas veces con precios de dumping.
Así se llegó a que más del 70% del consumo de ropa en el país ya se cubre con productos extranjeros, lo que se traduce en el cierre de fábricas y la pérdida de miles de puestos de trabajo.
En tal sentido, una encuesta de Protejer ratifica que "en términos de empleo, el 72% de las empresas indicó haber tomado medidas que afectaron su dotación desde fines de 2023 hasta marzo de 2025".
En particular, 6 de cada 10 empresas redujeron su plantilla de trabajadores en ese período, lo que marca una clara contracción del empleo industrial a nivel federal.
Las consecuencias sociales y productivas que gesta esta apertura importadora, a la que los sectores nacionales califican de indiscriminada, constituyen el costo oculto de un beneficio al consumidor que trajo consigo la desregulación: las plataformas online chinas, como Shein y Tumu, cautivan a los argentinos que aún están en condiciones de consumir.
Se consiguen zapatillas por $ 30.000 pesos o remeras por $ 5.000 en condiciones casi similares a las que se accede a esa misma mercadería en los sitios nacionales, y ello se debe a las facilidades que dio el Gobierno para las compras internacionales con envíos a la puerta del domicilio.
Pero el rotundo factor que vuelca las preferencias hacia la oferta importada es un tipo de cambio que evolucionó por debajo de otras variables y la abaratan muy por debajo del costo industrial del país.
El diputado por el Encuentro Federal, Miguel Ángel Pichetto, dio marco político al reclamo de la industria nacional cuando hace poco declaró que “el fenómeno chino es una máquina que destruye todo, hoy se les compra en un sistema parecido al de Mercado Libre, esto es letal para la Argentina".
Entre enero y abril de 2025, las importaciones por courier alcanzaron US$59,8 millones en 402.646 envíos, gestionados por 64 empresas, según datos de la Secretaría de Comercio. Sólo el último mes se registraron 141.742 envíos.
Según argumentan desde la CIAI, estas plataformas han registrado un crecimiento exponencial en la región, superando los 105 millones de usuarios en Latinoamérica, de acuerdo con datos de la firma de inteligencia de mercado Sensor Tower.
Frente político antidesregulador
El proyecto de la CIAI prevé una convocatoria amplia a todos los partidos políticos y actores productivos para sumar apoyos a la iniciativa.
Toma como referencia la normativa francesa, que incluye tasas ecológicas progresivas por prenda vendida, prohibición de publicidad de moda ultrarápida y sanciones por incumplimiento de normativas ambientales.
"Queremos avanzar con un proyecto ‘anti Shein' como el que se aprobó casi por unanimidad en Francia", aseguró Claudio Drescher, dijo el presidente de la entidad empresarial.
Entre los argumentos que se expusieron en Francia y acercó la CIAI al Parlamento argentino, se encuentran:
- Estas plataformas aumentaron el año pasado un 23% la emisión de dióxido de carbono, hasta alcanzar los 26 millones de toneladas, el equivalente a cuatro centrales eléctricas de carbón, sin contar además el extra que le añade la distribución por avión y los miles de kilómetros que recorren aquellos productos que son devueltos;
- El 76% de las prendas de ropa que venden Temu y Shein está hecho principalmente de poliéster, una fibra derivada del petróleo que suelta microplásticos con cada lavado, y sólo en un 6% de los casos se utiliza este producto reciclado;
- Se emplean sustancias químicas en tintes y acabado de telas que explican al menos el 20% de la contaminación industrial del agua.
- El 70% de los proveedores obtienen calificaciones bajas en auditorías, por lo que hay sospechas sobre las condiciones laborales mínimas a partir de las cuales se desarrolla la fabricación de las mercaderías.